Las tribus y los modelos sociales…

Los famosos, las tribus y los modelos sociales han existido siempre. La diferencia con nuestro presente reside en las marcas y el marketing con que son promocionados.

Hay sectores de la sociedad obsesionados con ser famosos, de modo que hacen de ellos su objetivo personal. Las revistas como “¡Hola!” Y “Qué me dices!” están especializadas en fotografiar famosos, lo que da lugar a que, con frecuencia, aparezcan las marcas que éstos usan y se cree entre los lectores una cultura de dicha marca. El glamuroso estilo de vida que retrata la prensa normalmente es muy distinto al de los lectores, y para muchos de estos, comprar las mismas marcas supone una desconexión asequible de los confines de una sociedad, donde puede que otras oportunidades de crecimiento personal estén limitadas. Sin embargo, para algunos proyectos de diseño puede resultar útil la identificación entre un modelo o un famoso y el mercado al que va dirigido un producto.


Nuestra nueva sociedad, con su falta de estructura formal, muestra mucha tolerancia hacia las diferencias individuales y nos ofrece anonimato cuando, en ocasiones, lo que deseamos es que reconozcan nuestra diferencia. La verdadera individualidad, sin embargo, es una experiencia solitaria y, como seres sociales que somos, nos encontramos más cómodos cuando compartimos nuestra individualidad con personas que tienen inquietudes similares. Formamos tribus. En ocasiones, elegimos vestirnos de una forma concreta, quizá como “raperos”, “góticos” o “moteros”, para expresar nuestras lealtades tribales personales. Tal vez optemos por un camino más sutil a través de la elección de una marca y despleguemos nuestra lealtad a través de los inconfundibles cables blancos del IPod. La tribu del IPod está aparentemente abierta a todas las edades y es accesible tanto para quienes llevan vaqueros como para quienes visten trajes.

                                      

Mostrar que formamos parte de la tribu enseña a los otros que son “guays”, que están al día en cuestiones tecnológicas, que nos interesa la música, que tenemos un gusto refinado y el dinero suficiente para comprar nuestra afiliación a la tribu.

Para que una empresa tenga éxito necesitan comprender estas nuevas agrupaciones sociales y los factores que los motivan. Esto también se aplica a la extensión de una marca que ve la oportunidad de diversificarse hasta un nuevo campo de productos, al mismo tiempo que mantiene a sus seguidores tribales.