A finales de septiembre tomaré una decisión importante para el devenir de mi futuro. La elección parece sencilla, pero me conozco, soy de cambios radicales y de ideas fijas.
Separarme de todo lo que tengo en la actualidad sería duro, durísimo diría yo, pero creo que un cambio es necesario para seguir luchando por todos mis sueños. No es el hecho de aprender nuevos idiomas, nuevas costumbres o conocer mundo, simplemente demostrarme a mí mismo hasta donde soy capaz de llegar, algo que aquí se hace difícil.
Soy persona de nuevos retos, sacrificios…me da igual el “qué”, el “cómo”, el “dónde” el “porqué”, lucho por aprender y por enriquecer la masa gris de mi cabeza y mi corazón. No me importa trabajar de lo mío o sacrificarme en cualquier ámbito laboral, disfruto aprendiendo, me adapto a todo, por eso no tengo miedo a nada de lo que me pueda encontrar. Sé a ciencia cierta que cualquier experiencia me hará mejor persona y ayudará a fraguar mi futuro.
Después de vivir el año más duro de toda mi vida, a mi cabeza vienen muchas preguntas sin respuesta, respuestas que debo buscar donde quiera que sea.
Muchas cosas son las que me atan a esta ciudad que amo, Sevilla, mucha es la gente que me importa…mucha es la gente que quiero, pero no soy una persona acostumbrada a estancarse. Llevo toda mi vida cambiando de destino, creía que Sevilla iba a ser el definitivo, pero si no cambian las cosas también tendré que decir adiós temporalmente a la capital hispalense.
Espero que todo cambie antes de cualquier decisión…