Obsolescencia programada: Cuando tu tecnología decide jubilarse antes que tú


Amanece un nuevo día, y nuestra protagonista, Marta, se levanta con ese glorioso sonido que todos conocemos: el "bip-bip" de su móvil. Pero espera... ¡Oh, sorpresa! Su teléfono, comprado hace poco más de un año y medio, ha decidido entrar en coma digital. No es la batería, ni la pantalla. Es algo más místico: la obsolescencia programada. Un fenómeno que, en lugar de explicar con datos, podemos resumir con una simple frase: "¡Ya no vale para nada, y aún te quedan tres cuotas por pagar!"

El móvil pierde comba…

A Marta le cuesta creerlo. Justo la semana pasada su teléfono estaba tan ágil como siempre, pero de repente, tras esa última actualización, la pantalla empieza a temblar como si tuviera frío, y el rendimiento cae en picado. Marta se pregunta: "¿Qué ha cambiado?". Y lo encuentra en las redes sociales: ¡ha salido un nuevo modelo de su marca! Este nuevo dispositivo tiene una mejora revolucionaria: la cámara frontal ahora hace selfies con inteligencia emocional, capturando no solo tu mejor ángulo, sino también tus inseguridades más profundas. Genial, ¿verdad?

Al ver el anuncio, Marta acepta su destino. "Tendré que comprarlo", piensa resignada, sabiendo que su viejo móvil ha pasado de ser su mejor aliado a convertirse en un ladrillo de diseño moderno.

La impresora con ansiedad existencial…

Antes de salir de casa, Marta decide imprimir un documento. Pero su impresora, que lleva más de seis meses en perfecto estado, ha decidido que hoy no es su día. Como todo aparato tecnológico que se precie, su impresora tiene una personalidad propia y, al parecer, un contrato con el Club de la Obsolescencia Programada.

Marta pulsa el botón de impresión, pero lo único que escucha es un zumbido agónico. Después de media hora de intentos, la impresora lanza un mensaje en la pantalla: “Error 404: Toner Existencial no encontrado”. El problema es que, para conseguir un tóner nuevo, Marta tiene que desembolsar la misma cantidad que costaría comprar una impresora nueva. "Claro, lo lógico", piensa ella con sarcasmo, mientras busca desesperada una copistería abierta.

El misterio de la lavadora bipolar…

Por supuesto, no todo se limita a gadgets. La vida doméstica también está infestada por la obsolescencia programada. Marta, al regresar de su odisea de compras tecnológicas, se encuentra con que su lavadora, esa aliada fiel en las batallas contra la ropa sucia, ha decidido entrar en su propia crisis de identidad. Empieza a sonar como una batucada brasileña y, justo cuando termina el programa, suelta un dramático "bip-bip" y muestra en su pantalla un enigmático Error E50.

¿Qué significa? Ni ella ni el manual (escrito en algo que parece el dialecto perdido de algún rincón de la Amazonía) lo saben. Pero eso sí, el técnico ya le ha adelantado el diagnóstico: "Es mejor cambiarla por una nueva, señora. Con lo que le va a costar la reparación, le sale más barato". Marta se imagina cómo los fabricantes diseñan estas máquinas en secreto, programándolas para que entren en crisis a los 4-5 años, algo que ni los humanos logramos tan rápido.

La aspiradora que duerme para siempre...

Y si el día no podía empeorar, Marta decide barrer. Saca su flamante aspiradora sin cables, ese prodigio de la modernidad que le prometió que “aspiraría hasta la más mínima mota de polvo”. Pero, como es costumbre en la tecnología actual, justo al terminar de barrer la primera habitación, la aspiradora entra en coma. Parece que el polvo no es lo único que se ha llevado.

Marta la revisa: la batería, que fue diseñada para durar horas, ahora dura lo que tarda en calentarse un café en el microondas, ha dejado de funcionar. Y lo mejor de todo: no es reemplazable. ¡Sorpresa! A cambio, tiene que comprar una nueva aspiradora con un cargador ultrarrápido que, curiosamente, solo es compatible con el modelo más reciente. Todo un golpe maestro de ingeniería creativa.

La nevera inteligente… hasta que no lo es...

Finalmente, tras un día lleno de traiciones tecnológicas, Marta busca consuelo en su nevera, ese monumento de la innovación moderna que se conecta a Internet, envía notificaciones y, en teoría, debería saber más de la vida de Marta que su propia madre. Pero, cuando la abre, algo parece ir mal. Los huevos están congelados, y la leche, tibia. La nevera inteligente, que hasta hace poco recomendaba recetas basadas en los alimentos almacenados, ahora parece tener sus propios antojos: "¿Quién necesita leche fresca cuando puedes tener hielo de huevo?"

Marta consulta el manual, navega por foros y hasta le pregunta al frigorífico con comandos de voz, pero la respuesta es clara: la nevera está a punto de pasar a mejor vida. El servicio técnico, como siempre, sugiere una solución "fácil": comprar un modelo nuevo con una función especial que hace seguimiento de la fecha de caducidad en tiempo real. ¿Cómo pudo Marta vivir sin eso?

¿La vida útil o la vida absurda?

Al final del día, Marta se tumba en el sofá y mira su entorno. Todo a su alrededor parece tener fecha de caducidad, desde su móvil hasta el último utensilio de cocina "inteligente" que compró por impulso. Reflexiona con cierta ironía sobre cómo hemos llegado al punto donde todo, incluso las máquinas, parecen tener una crisis existencial antes que ella. Nos han vendido la modernidad como un sinónimo de progreso, pero ¿realmente hemos avanzado cuando lo que compramos está diseñado para fallar?

Quizá la obsolescencia programada es solo una gran sátira que nos recuerda que, al final, somos nosotros quienes nos volvemos obsoletos, más rápido que nuestras máquinas. Al menos, hasta que salga el próximo modelo.
 

3 comentarios:

  1. Ataque de ansiedad mientras lo leía. Pensar que todo eso puede pasar en un día y se paraliza tu vida de repente. Por cierto, buscando móvil nuevo que el mío casi cumple 2 años y no me saltan notificaciones de WhatsApp... ¡Casi mejor volver al 3310!

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    1. No es lo normal, pero da miedo pensar que en un mismo día (porque puede ocurrir) dejen de funcionar todos los aparatos que utilizamos a diario. Pero vamos, con que falle uno de los que se mencionan ya te complican un poco el día….

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    2. Muchas gracias por tu comentario! :)

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